El día Miércoles 23 de
Enero del 2008 en el Galpón Víctor
Jara se presentó el disco "El Rostro de mi Pueblo" de la cantante Mexicana María Inés Ochoa, con canciones y poemas de Alejandro Stuart , acompañado por el Grupo Amaru y Joaquín Figueroa.
Estas son fotografías de esa noche de lanzamiento en el
Galpón Victor Jara, donde también participaron como invitados Antu Liwen - Karla Wenchun y Max Berrú.
Fotografías: Damián Figueroa y Camilo Carrasco
EL ROSTRO DE MI PUEBLO
Yo conocí a Amparo Ochoa allá por 1977 cuando la invite
a cantar en la Catedral de Cuernavaca por la libertad de
40 presos políticos en las tierras zapatistas de Morelos,
y luego en una fiesta con Pablo y Silvio en el D. F. me preguntó
¿aparte de ser revoltoso, que hace compita? ahí le pase la letra
de Los Angelitos, ella lo hizo canción y quedo en el disco
Festival de Oposición, Sello Fotón, 1978.
Este fue el primer tema que trabajamos junto, luego vino
El Rostro de mi Pueblo, Ramona, En Amate Transparente,
El Padre Nuestro etc. y al pasar de los años, después de
muchas presentaciones y vivencias compartidas y cuando
en 1989 había ya decidido venir a Chile, (me tomó 12 años
llegar) ella me contó que quería hacer un disco de un solo
autor, y al preguntarle que quien era el afortunado, me dijo
sonriendo y con firmeza ¡ Júnteme su material compañero
! pero yo ya salía para Nueva York a juntar dinero para venir
a Chile, (en México vivía al día y en el Norte empecé a vivir
al yesterday) y solo después de 1 año allá y 10 en San
Francisco, pude juntar lo suficiente para empezar una
nueva aventura en el país donde nací.
Acá, donde siento que siempre he estado, me reencontré
con María Inés, hija de Amparo y mi hija espiritual, la tuve
en brazos desde antes que nazca, la vi crecer y formarse
fuerte, luchadora y defensora de la libertad y los derechos
del pueblo al que pertenecemos.
Gracias Amparo por ser madre de Maria Inés, gracias
Maria Inés por ser bella, talentosa y compañera, y por
cumplir un deseo de tu madre que yo en mi afán de volver
a Chile deje pospuesto, gracias Grupo Amaru, Joaquín Figueroa,
técnicos y músicos invitados, gracias compañeros mexicanos
que vieron nacer y apreciaron estas canciones y luego
inmigrantes latinos, estaunidenses y ahora chilenos que me
han apoyado y con quienes compartimos el sueño y la
labranza de un mundo mejor de, por y para todos.
Alejandro Stuart
1.- En Amate Transparente. 2.- El Rostro de mi Pueblo.
3.- En El Trianguis Arcoiris 4.- Los Angelitos.
5.- Que Dios te Salve María. 6.- Ramona.
7.- El Padre Nuestro de Acá.
8.- Guadalupe. 9.- Tercera Llamada. 10.- Puerto Escondido
María Inés Ochoa canta a Alejandro Stuart
en ¨El Rostro de mi Pueblo¨, 2008
Espartakku PERRERAC, 2009
Como hice notar en un artículo publicado anteriormente,
la razón de que desde PERRERAC recomiende el trabajo de
María Inés Ochoa no se debe a ninguna forma de nepotismo,
asociado al hecho de lo mucho que personalmente me gusta
la obra de su madre, Amparo. En mi opinión María Inés tiene
de sobra meritos propios para ser una artista importante de
México y de América toda. Es una chica joven, atractiva, de
gran carisma y con una tremenda voz (que con el pasar del
tiempo cada vez va manejando mejor). En su paso por Chile,
en febrero recién pasado, dejó encantados a la gran mayoría
de quienes tuvimos oportunidad de asistir a alguno de los
espectáculos que nos brindó, y también de aquellos que
pudieron conocerla a través de alguno de los videos que
publicamos acá en el blog y en Facebook. Y según puedo
desprender de los comentarios que nos dejó una amiga,
y de un artículo publicado en Cancioneros.com, sucedió
lo mismo en su visita de marzo al viejo continente.
Hasta el momento María Inés ha grabado 2 producciones:
la primera en México, el 2006, que llevó por título
“Identidades”, y la segunda en Chile, el 2008, que es
precisamente el disco que ahora reseñamos:
“El Rostro de mi Pueblo”.
Este álbum tiene varias particularidades: En primer lugar,
porque podría entenderse que es una especie de “legado
póstumo” de Amparo Ochoa, ya que según señala Alejandro
Stuart (autor de todos los temas que aparecen en el disco),
fue la propia Amparo quien alrededor de 1989 le planteó su
deseo de hacer un disco con las canciones de un solo
compositor, siendo Alejandro el elegido para tan alto honor.
Lamentablemente, Alejandro en camino a Chile se fue a
New York y California, y como todos sabemos, Amparo
pocos años después, en 1994, nos abandonó físicamente,
por lo que dicho proyecto nunca pudo materializarse.
Sin embargo, será 14 años después que su hija, María Inés,
retomará aquel deseo de su madre, y en su visita del año
pasado a Chile hará realidad este disco conformado sólo
por composiciones de Alejandro Stuart.
Otra particularidad de este disco, es que él, si bien tiene
un sonido marcadamente mexicano, en realidad —como
ya dijimos— fue grabado en Chile, con el acompañamiento
del grupo nacional AMARU. Sin embargo, tal y como ha
señalado Max Berrú, este aire mexicano de “EL Rostro de
Mi Pueblo”, se lo debemos en gran medida a la labor de
director artístico desplegada por Joaquín Figueroa, músico
y trovador chileno, que vivió durante mucho tiempo en
México, quien supo infundirle el sello azteca a esta producción.
Además, si bien Alejandro Stuart es oriundo de la zona de Vilcún,
en el sur de Chile, vivió y trabajó también por mucho tiempo
en México, y gran parte de las temáticas de las canciones que
componen el álbum son propiamente mexicanas (aunque
también universales), cuestión que se respira especialmente
en temas como “En Amate Transparente” y “En el Tianguis Arcoiris”.
Finalmente, creemos importante destacar como particularidad
del disco, que él además de las canciones interpretadas por
María Inés, lleva como acompañamiento textos y poemas que
sirven de introducción necesaria a varios de los temas, y que
son declamados por el propio Alejando Stuart, quien con su
voz le impregna una atmósfera muy especial a la producción,
que hace sentir que se está ante un trabajo hecho con mucha
profesionalidad y cariño, de gran factura y calidad, lo que lo
vuelve altamente recomendable.
Max Berrú, co-fundador de Inti-Illimani, ha dicho sobre este CD:
“…es un canto a la vida, es un homenaje a los humildes de
la tierra, es una declaración de amor al rostro de mi pueblo,
ese pueblo que produce, que hace andar las fábricas, que
siembra y cosecha los frutos de la tierra, ese pueblo que
aunque no le alcance para comprar lo que necesita para
alimentarse, se da modos para comprar flores para
disfrutar de su fragancia y sus colores.
“Es un CD necesario, que después de escucharlo siempre
nos va a motivar para que la historia no nos pase por un
lado, para que nos metamos en el curso de esta historia
y luchemos para que no se repita la historia de Guadalupe
que perdió a Chuchito su pequeño hijo por falta de medicinas,
o la de Ramona que tuvo que abortar y murió en el intento
y para evitar que el mundo se llene de angelitos.”
Ahora bien, dado que se trata de una obra recién editada
en 2008, y como en PERRERAC no colocamos para descarga
nada que tenga menos de 5 años de edición (salvo que medie
permiso expreso del autor para hacerlo), sólo nos hemos
permitido colocar, como una forma de dar a conocer la
calidad de este trabajo, y estimular a que quienes puedan
comprarlo, lo hagan, 4 temas para que puedan ser escuchados
on-line (en el reproductor que encontrarán más abajo),
de los 10 que componen la producción completa.
Estas canciones son:
1. El Rostro de Mi Pueblo: Es la composición que da nombre
al disco, y según relata Alejandro Stuart en su introducción,
es además la primera de sus creaciones. En mi opinión,
esta es una bella canción de amor. Porque hay que sentir
mucho amor para cantarle de esta forma al hombre común,
al pueblo, a los hombres y mujeres que con su trabajo
levantan fábricas y hacen germinar la tierra.
2. En el Tianguis Arcoiris: Tianguis es la denominación que
se le da a los mercados públicos ambulantes en México, algo
así como las ferias libres que existen en Chile, que cada día
se ubican en lugares distintos para acercar a los vecinos los
más variados productos, especialmente frutas y verduras.
Creo que poéticamente es uno de los temas más logrados,
con versos que adquieren una musicalidad propia, al paso
de las cebollas, los aguacates, los chiles, los tomates, los
melones, las naranjas y los limones. Además de lo pintoresco
que hay en este tema, en él también se contiene un homenaje
a todas las personas que en esos lugares trabajan, y
particularmente bella es la referencia que se hace a un
cargador (por lo general el eslabón más bajo en las cadenas
de producción que se producen en esos sitios) quien a falta
de dinero ofrece pagar con su trabajo el costo de un flor,
para ponerla “en el diablito, a la altura del corazón, perfumando
su sonrisa, su mirada y el rubor”. Pensamos que el cariño con
que Alejandro Stuart hace la referencia a este oficio, puede
que se deba a su propia experiencia personal, ya que entre
las múltiples ocupaciones por él desempeñadas también
se encuentra la de cargador.
3. Que Dios te Salve María: Pese a provenir de la creación
de un hombre, en mi opinión es esta una de las mejores y
más sentidas canciones en pro de los derechos de las mujeres
que he escuchado. Para hacerla, Alejandro Stuart recurre a un
juego de palabras, que identifica la historia de una mujer
cualquiera llamada María, con la oración cristiana del
“Ave María”.
Y esta referencia no es gratuita, ya que en el texto de la canción
lo que hace Alejandro precisamente es cuestionar esa actitud que
tienen muchas mujeres de nuestro pueblo, que la opresión
cotidiana en que viven en lugar de hacerle frente, para luchar
por su liberación, la ocultan tras los rezos y en el consuelo de
una vida mejor, ultraterrena, que les ofrece el cristianismo.
Como dice hacia el final de la canción: “Que alguien te salve
María, estás viviendo encadenada en un purgatorio injusto.
Eres joven, fuerte, sana, camina con los que luchan por mejorar
el mañana. Naciste pa’ ser feliz, esa es la ley más sagrada,
y ya verás el por qué rezando no cambias nada…”
4. Ramona: Creo que junto con “Que Dios te Salve María”
esta canción constituye un binomio de tema en cierta forma
“feminista” (y que posteriormente se complementa con
Guadalupe, otra canción del disco), ya que Ramona también
se refiere particularmente a los derechos de las mujeres,
y la difícil condición en que viven aquellas pertenecientes
a los sectores más pobres de la población. Pero además
en Ramona Alejandro Stuart aborda un tema bastante c
omplejo, como es el aborto, enfocándolo de una forma que
en cierta medida me hizo recordar a “Cuando Agosto era 21”,
del chileno Fernando Ubiergo”, y que Amparo Ochoa grabó
en su disco de 1987 “Mujer”. Sin entrar a dirimir de manera
patente una posición respecto del aborto (que es un tema
demasiado vasto como para pretender abordarlo en un contexto
como este) lo que me resulta interesante de este canción es
que en ella Alejandro intenta (y a mi juicio, logra) dejar patente
esa constante doble moral, que emanan tanto del sistema
político como de las instituciones religiosas (particularmente
la iglesia católica) que condenan sin más a las mujeres que
abortan, amparándose en una pretendida doctrina “pro vida”,
sin tomar en consideración las circunstancias particulares que
pueden llevar a una mujer a tomar una decisión como esa;
situación que es especialmente preocupante en el caso de las
mujeres pobres, que muchas veces no cuentan con los medios
económicos como para traer otro hijo al mundo, y por eso se
ven obligadas a tener que resolver la disyuntiva de si tenerlo
o no. Es decir, se condena a una mujer por situaciones que
no le son del todo siempre adjudicables, sino que tienen
mucho que ver con el sistema social imperante, que impide
que algunas familias —con demasiados hijos— puedan subsistir.
Asimismo, también en esta canción se cuestiona el hecho de
que mientras las mujeres pobres que optan por el aborto deben
recurrir a sitios clandestinos o “recetas caseras” para llevar
adelante este acto –poniendo de este modo en riesgo su salud,
y en muchos casos derechamente perdiendo la vida en el
proceso–,aquellas que cuentan con los recursos económicos
adecuados, pueden dirigirse a un centro “establecido” equipado
con los medios apropiados para realizar el aborto, disminuyendo
en gran medida los riesgos que de él se derivan; y además estas
últimas muchas veces no ven pesar sobre si, de igual forma,
la condena social y religiosa que si se hace sentir sobre aquellas
más pobres que toman igual decisión, aunque por razones
bastante distintas. Ya que si bien en el caso de una mujer
adinerada que opta por abortar, puede ello deberse simplemente
al hecho de no “querer” tener un hijo, en el caso de las mujeres
pobres, el motivo a veces es no “poder” tenerlo, por carecer de
los medios económicos para sustentarlo.
En mi opinión, “El Rostro de mi Pueblo” es un muy buen disco,
de buena factura, y es por ello que me permito recomendarlo
a nuestros amigos visitantes de PERRERAC. quienes quieran
adquirirlo pueden dirigirse al autor de las canciones y poemas:
Alejandro Stuart: Tel: 7 218 6006 o escribir a
alejandrostuart1@gmail.com
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